15. Aportes: Motivos que permitieron realizar los viajes interoceánicos entre los siglos XV y XVI
Situación previa a los viajes de exploración interoceánicos en Europa |
Qué pasó con
el comercio en Europa Entre los
siglos XII y XIV, después de las Cruzadas, la cristiandad vivió grandes
cambios: renacieron las ciudades y el comercio creció, Europa tomó contacto
con las tierras próximas de Asia y descubrió sus productos y riqueza Frente a la
pobreza europea, Asia tenía mucho que ofrecer, y algunas ciudades comerciales
de Italia, como Venecia, Génova, Florencia o Pisa, empezaron a prosperar y a
aumentar sus flotas, con las cuales podrán desarrollar el intercambio
comercial por el Mar Mediterráneo. |
Productos traídos
del extranjero De Oriente
traían: sedas chinas y telas de algodón, papel, alfombras y
tapices, perlas y piedras preciosas (rubíes, esmeraldas, zafiros),
perfumes, y especialmente las especias. De África: caña
de azúcar, oro desde Sudán (con el cual pagar los productos, ya que el valor
más importante era su uso como moneda) y se traficaba con esclavos (aunque no
se llevaban a Europa). . |
Usos de las
especias Condimentar
alimentos y hacer más comestibles algunos platos mal conservados. En la
cocina de las familias más poderosas de la época no
faltaban canela, pimienta, jengibre, menta, cardamomo, nuez
moscada, salvia, perejil, comino, azafrán, clavo de olor o anís. También se
utilizaban para fermentar algunas bebidas caseras. Por último, la medicina elaboraba
numerosos brebajes con estos productos. |
Rutas del
comercio con Oriente A partir del
siglo XIII, el comercio con Oriente estaba ya perfectamente organizado desde
Japón (Cipango), China (Catay) e India. A través de rutas transasiáticas
terrestres (Ruta de la Seda) y marítimas (ruta del Índico), perfectamente
organizadas, llegaban las especias al Mediterráneo oriental (Bizancio en
la costa del Mar Negro, Alejandría en Egipto), donde los mercaderes europeos,
las recogían para distribuirlas en el mundo cristiano. Una vez en el
Mediterráneo, desde las ciudades italianas eran distribuidas al resto de
Europa (por vía terrestre, o bordeando las costas atlánticas hasta llegar al
Mar del Norte y al Mar Báltico), llegando a las ciudades del norte nucleadas
en la Liga Hanseática (Londres, Brujas, Colonia, Hamburgo, Lübeck, Danzig,
Riga, entre otras). |
Riesgos del
comercio con Oriente Quienes se
dedicaban a este comercio en el Mediterráneo conocían sus riesgos: piratas,
turcos, guerras entre ciudades comerciales. Un mercader podía pasar de la
prosperidad económica a la quiebra si perdía un cargamento de especias, dado
su alto valor en el mercado europeo (ya que eran productos escasos, exóticos,
de lujo y que venían de un largo trayecto, el cual elevaba aún más su
precio). |
Qué sabían e
imaginaban los europeos acerca del resto del mundo La
credulidad y la falta de sentido crítico alimentaron el error, las fábulas,
las leyendas y la superstición respecto a la concepción que se tenía del
mundo. La tradición cristiana, al querer someter la geografía al dogma
interpretando literalmente la Biblia, se vio en la obligación de localizar en
los mapas cada uno de los parajes bíblicos que aparecían en las Sagradas
Escrituras. Pero además se creía que en regiones lejanas existía un mundo de
monstruos y animales fantásticos, como el basilisco, el grifo, el ave fénix,
sirenas y dragones. También creían en la existencia de razas monstruosas,
como las guerreras amazonas, antropófagos, hombres cíclopes, descabezados.
Con estos relatos, cualquier viajero o navegante con imaginación trataba de
relacionar lo que veía con aquello que había leído o le habían contado.
Colón, en su carta de 1493 anunciando el descubrimiento, ya planteaba que en
su viaje no había encontrado monstruos y los indios no tenían nada de seres
extraños |
Navíos
utilizados El navío que
surcó el Mediterráneo entre los siglos XIII y XV recogía la tradición de la
galera. La galera tenía movilidad, rapidez, manejabilidad y estilización de
línea, pero un inconveniente grande: escasa capacidad de carga. El velero,
por su parte, era poco manejable, lento, grande, pero muy apto para el
transporte. La galera
derivaba de las antiguas griegas y romanas, alcanzando su perfección durante
los siglos XIV y XV. Su punto débil era cómo se movía, pues dependía de los
remos como medio de propulsión. Embarcación muy larga, estrecha y baja,
cumplía perfectamente ante el suave oleaje del Mediterráneo. Las
particularidades del comercio por este mar, con su navegación siempre a vista
de la costa, y con vientos variables, escalas continuas. En torno al
siglo XIII se incorpora una gran innovación: el timón, que para unos llegó de
China, y para otros del Báltico. |
Elementos
para ubicarse durante los viajes Debido al
auge de la navegación y del comercio se fue desarrollando la cartografía, de
ahí que las grandes potencias comerciales fueran a la vez las de mayor
desarrollo cartográfico. El portulano (carta náutica de navegación
medieval) nació antes del año 1300 y fue empleada por todos los navegantes
del Mediterráneo y más tarde del Atlántico hasta el siglo XVI. Su
representación cartográfica no tenía en cuenta las graduaciones de longitud y
latitud; tenía dibujados los vientos o rumbos de colores. Solía llevar
pintada también la rosa de los vientos. El norte se marcaba con una flor de
lis. Reflejaba con sumo detalle la configuración de las costas y no faltaban
adornos, como banderas, reyes o animales |
¿Por qué se realizan
los viajes de exploración? |
Incidencia
de los turcos La caída de
Constantinopla en poder de los turcos otomanos, en 1453, y la dominación de
Egipto poco después, mostraron la vulnerabilidad del comercio cristiano
cuando dependía de una sola ruta. Convenía y era urgente encontrar un camino
nuevo para llegar a la India. |
Desarrollo
de los conocimientos El desarrollo del Humanismo (movimiento intelectual de los siglos XV y XVI), que pone en el centro al ser humano, a su capacidad de conocer el mundo, de acceder al saber a través del uso de la razón, le dan un ímpetu y ansiedad por ampliar sus conocimientos. Se trata también de un ser humano que ansía el protagonismo, la gloria y el éxito. Todo esto va a impulsar la acción y la inventiva del ser humano. Debido al
auge de la navegación y del comercio se fue desarrollando la cartografía, de
ahí que las grandes potencias comerciales fueran a la vez las de mayor
desarrollo cartográfico. Antes de que
el océano Atlántico abriera sus puertas, era cosa sabida, desde el punto de
vista académico, que la tierra era esférica. Tal creencia no admitía
discusión ni entre expertos, ni entre simples aficionados a la geografía,
cosmografía o astronomía. Sin embargo, conocer la configuración del globo
terráqueo, su distribución de tierras y mares, además de las dimensiones de
océanos y continentes, estaba precisando la experimentación de los grandes
navegantes. |
Motivos
religiosos Junto al
afán religioso de luchar contra el Islam, estaba el interés de llevar la
verdadera palabra de Dios y expandir el Cristianismo a territorios y pueblos
“infieles”. Mucho más necesario se hizo cuando a partir de la Reforma
Protestante, se dé en Europa una disputa por los fieles y por la expansión
territorial de cada religión. Estos emprendimientos entonces, serán tomados con un "espíritu de cruzada" donde la misión del hombre europeo será difundir la religión. |
Motivaciones
políticas Interés de
los monarcas de ampliar sus territorios. Los reyes protegieron la
construcción naval, apoyaron la creación de astilleros y concedieron fueros y
privilegios a las ciudades del litoral. La imposibilidad de ocupar rutas
marítimas por el Mediterráneo, no dejaba otra opción que la de utilizar el
Océano Atlántico para tales fines, situación que dejaba en inmejorable
ventaja a aquellas naciones ubicadas estratégicamente frente a este Océano
(como España y Portugal). De esta manera, fue creciendo el potencial naval y
su utilidad, tanto en la paz como en la guerra. En
particular, la vocación marinera de Portugal nació cuando las rutas
comerciales entre el Mediterráneo y el mar del Norte convirtieron a este
reino en escala de las flotas, y a Lisboa en un punto de encuentro.
Cerrado su proceso de reconquista de territorios a los musulmanes, todos
ansiaban nuevas tierras, principalmente tropicales, y nuevos mercados, como
el ventajoso del norte de África. |
Motivaciones
sociales La
posibilidad de ascenso social por parte de aquellos que no accedían al
prestigio de la herencia (por ser hijos nobles segundones o por no ser de
origen noble), así como el desarrollo de la burguesía, con su criterio
individualista y su espíritu emprendedor impulsa e invierte en los viajes. Se
suma a esta lista de interesados en obtener logros de estos viajes a los
propios navegantes, quienes combinan una ambición y sed de riqueza con un
ansia de fama y reconocimiento. |
¿Qué conocimientos y
elementos técnicos necesitaron para realizar las exploraciones? |
Carabela Para
adentrarse en el océano y practicar una navegación de altura con ciertas
garantías, fue muy conveniente poder disponer, en primer lugar, de una
embarcación resistente al oleaje, fuerte y bravo del Atlántico, ya que ni
servían las galeras movidas a remo, de bajo bordo y excesiva tripulación, ni
tampoco los veleros lentos y poco manejables. La solución ideal sería la
carabela. En segundo
lugar, se hizo necesario estudiar y conocer las condiciones físicas del mar,
los vientos y corrientes que reinaban en cada lugar para aprovecharlos al
máximo y marcar las rutas más favorables. Por último,
resultó imprescindible manejar todo tipo de instrumentos que ayudasen a
orientarse en medio del ancho mar, localizar con la máxima precisión las
tierras que se iban descubriendo y asegurar el regreso a los puertos de
origen. La carabela
nació en la península Ibérica y sus creadores fueron los portugueses. La
primera innovación que presenta es que se trataba de un velero largo, de ahí
su velocidad y manejabilidad. Su casco era muy resistente y apto para la
violencia del océano Atlántico. Estrecha, de aparejo redondo con una sola
cubierta y elevado castillo de popa, donde se encontraba el timón, y desde
donde se podía dirigir la nave. Una segunda
característica se refiere al velamen. Aumentó los mástiles y empleaba
indistintamente la vela cuadrada y triangular o latina, con lo que ganó
capacidad de maniobra con cualquier tipo de viento. Fue lo más
rápido que surcó las grandes rutas oceánicas. La capacidad
de carga variaba bastante. Las más utilizadas durante los siglos XV y XVI
oscilaban entre 60 y 100 toneladas. Entre 15 y 30 tripulantes eran
suficientes para gobernar el barco, y algunos más si iban en misión de
descubrir tierras. |
Brújula Cualquier
navegante responsable que se alejara de la costa y se adentrara en mares
desconocidos debía saber siempre, aunque sólo fuera aproximadamente, dónde se
encontraba y cuál era su situación. Antes, la
dirección en mar abierto se determinaba con la posición de los cuerpos
celestes. Pero muchas veces el cielo estaba demasiado nublado, o el clima era
muy neblinoso, por lo que guiarse por los astros no siempre era viable. Se necesitaba
entonces un objeto como la brújula marina, consistente en una aguja
magnética depositada en una pequeña caja que flotaba sobre el agua, la cual volvía
siempre su punta hacia el norte. Es un instrumento
que sirve para determinar cualquier dirección de la superficie terrestre por
medio de una aguja imantada que siempre marca el polo magnético de la Tierra (norte). Fue
inventada en China, aproximadamente en el siglo IX, y se parecía a una
cuchara puesta sobre un plato plano que indicaba los puntos cardinales. Se
supone que llegó a Europa desde China hasta el Medio Oriente a través de la
Ruta de la Seda. |
Astrolabio Con el
astrolabio, el navegante debía encontrar la latitud adecuada y mantenerse en
ella. Cuando recorría costas nuevas, tomaba la latitud en tierra y la
reflejaba en el mapa para que en lo sucesivo otros pudieran estimar su ruta
con exactitud. Pero perdiendo
referencias fijas en la superficie terrestre, se hace necesario otro elemento
técnico. El astrolabio es un instrumento que permite determinar las
posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste (significa
etimológicamente "el que busca estrellas“). Vincula la parte del mundo
en que se está (horizonte) y qué hora es, y sirve para saber en qué posición del
cielo está el Sol u otra estrella. Es de procedencia griega (se supone que
entorno a 150 aC). Su introducción en Europa sucede en el siglo X, a
través de los árabes. Los árabes, generalmente contaban con cielos despejados
al circular por el desierto, o navegar el Golfo Pérsico y el Océano Índico.
Fue perfeccionado por árabes que crearon sistemas de cálculo matemático
para resolver los problemas de astronomía que se presentaban. Durante los
siglos XVI hasta el XVIII el astrolabio fue utilizado como el principal
instrumento de navegación hasta la invención del sextante. |
Pólvora y
armas de fuego La pólvora es
una sustancia explosiva utilizada principalmente como propulsor de
proyectiles en las armas de fuego y también con fines acústicos en los juegos
pirotécnicos. Está compuesta de determinadas proporciones de carbón, azufre y
nitrato de potasio (salitre). Fue inventada por los chinos aproximadamente en
el siglo IX y su uso fundamental era los juegos pirotécnicos. Llegó a Europa
de la mano de los científicos árabes entre finales del siglo XIII a
principios del siglo XIV. Ya en 1334 se fabricaba en Inglaterra y en 1340,
Alemania contaba con instalaciones para su fabricación. El primer intento de
utilización de la pólvora para minar los muros de fortificaciones fue durante
el sitio de Pisa (Italia) en 1403. |
Imprenta Entre los
elementos de innovación que se extienden en Europa en el siglo XV también está
la invención de la imprenta, que permitió la difusión de los conocimientos y
hallazgos que se producían. |
Portulanos El portulano (carta
náutica de navegación medieval) nació antes del año 1300 y fue empleada por
todos los navegantes del Mediterráneo y más tarde del Atlántico hasta el
siglo XVI. Su representación cartográfica no tenía en cuenta las graduaciones
de longitud y latitud; tenía dibujados los vientos o rumbos de colores. Solía
llevar pintada también la rosa de los vientos. El norte se marcaba con una
flor de lis. Reflejaba con sumo detalle la configuración de las costas y no
faltaban adornos, como banderas, reyes o animales. |
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