27. Aporte y Actividades: Siglo XVIII en la Campaña de la Banda Oriental (actividades económicas: estancias, saladeros, pulperías)

Fundación de poblados en la Banda Oriental

A partir de la época colonial estas tierras serán llamadas Banda Oriental. Con la fundación de Montevideo, se iniciaron los repartos de tierras para propietarios habitantes de este territorio; se desarrolló la explotación del ganado (no solo de manera extractiva como era hasta ese momento); se inició y fue aumentando el comercio de Montevideo y se fundaron nuevas poblaciones.

Con la fundación de Montevideo, se iniciaron los repartos de tierras para propietarios habitantes de este territorio; se desarrolló la explotación del ganado (no solo de manera extractiva como era hasta ese momento); se inició y fue aumentando el comercio de Montevideo y se fundaron nuevas poblaciones.

Al norte del Río Negro, se instalaron misiones y reducciones, y dependían de las Gobernaciones misioneras. En el actual territorio del Uruguay se fundaron los pueblos de Santa Tecla, Batoví (ambos destruidos), Paysandú (en 1772) y Villa de Belén (en 1801).
Las villas y poblados fundados por iniciativa de las autoridades de Montevideo fueron: San Juan Bautista (actual Santa Lucía en 1782), Nuestra Señora de Guadalupe (hoy Canelones en 1774), San José (en 1783), San Isidro Labrador de las Piedras (en 1744), San Fernando de la Florida Blanca (actual Florida en 1809), Nuestra Señora de la Santísima Trinidad de los Porongos (en 1804).


En el territorio que se encontraba bajo la dependencia directa de Buenos Aires fueron: Rosario del Colla (en 1775), Real de San Carlos (como campamento militar en 1680), Las Víboras (en 1780, trasladado luego a Carmelo), Santo Domingo de Soriano (reducción desde 1624 y trasladada en 1708), Nuestra Señora de las Mercedes (en 1788), Dolores de San Salvador (en 1801), San Fernando de Maldonado (en 1755), Nuestra Señora de los Remedios de Rocha (en 1793), Villa de Nuestra Señora de la Concepción de Minas (en 1783), San Carlos (en 1771, luego de haber sido fundada por portugueses), Nuestra Señora del Pilar del Cerro Largo (actual Melo, en 1795).Las Fortalezas de Santa Teresa (fundado por portugueses en 1762) y de San Miguel (fundado por portugueses en 1734), y ambos pasan a manos españolas en 1763.

La actividad económica más importante de la campaña oriental fue la ganadería. Proporcionó la alimentación preferida de la población y fue la única fuente de productos exportables: cuero, charque y sebo.

El cuero tuvo variadas aplicaciones en las necesidades cotidianas del trabajo y de la vida del hombre de campo. Lo utilizaron en sus viviendas para techos y puertas, en los catres, para cubrir las carretas, barriles, variados tipos de riendas y lazos, en los aperos y en toda clase de cordajes. Lo utilizaron para confeccionar boleadoras, estribos y hasta en las embarcaciones con que cruzaban los ríos, llamadas “pelotas”. Por esta razón se llamó "la edad del cuero”. La ganadería determinó la forma de vida de los pobladores de la campaña y de la tenencia de la tierra.

¿Cómo se obtenía la tierra?
Los pobladores accedían a la propiedad de la tierra a través de diferentes maneras:
Por reparto. Los primeros pobladores de Montevideo recibieron una "suerte de estancia" que tenía media legua de frente por legua y media de fondo (2700 cuadras que corresponden a 1875 há). En lo posible debían tener aguadas. En esta extensión de tierras se podían criar 900 vacunos y comercializar 90 cueros por año. Según las autoridades de la época era la unidad mínima imprescindible para mantener una familia que se dedicase a la explotación ganadera.
Por merced. Las tierras se podían obtener también por merced de la Corona. Es decir, regalos o donaciones que hacía el Rey por servicios prestados. Generalmente eran grandes extensiones muy bien ubicadas, siendo el origen de los primeros latifundios. La zona norte del río Negro, donde la inseguridad por los ataques indígenas y portugueses era mayor y se encontraba alejada del puerto no fue tan requerida y los latifundios fueron aún mayores. Muchas veces las autoridades entregaron enormes extensiones de tierra sobre las fronteras para detener el avance portugués. Pero no se lograron los objetivos, que eran poblar y defender esas zonas.
Por compra. Quienes deseaban comprar tierras, debían realizar una serie de trámites largos, que podían extenderse de dos a ocho años y eran muy costosos. Sólo el trabajo del escribano valía una suma muy elevada para la época. Los únicos que podían acceder a los títulos de propiedad, eran los que poseían mucho dinero.
Pero la mayoría de la población rural ocupaba las tierras sin hacer los trámites y por ello se les denomina "ocupantes sin título”. Esto va a dar lugar, posteriormente, a graves conflictos con las autoridades.

LOS TIPOS DE ESTANCIA
En la campaña oriental del siglo XVIII, coexistieron diversos tipos de estancias, diferentes entre sí por su extensión y por el tipo de explotación que se realizaba en ellas.

a. La estancia "vaquería", de propietario ausentista o "cimarrona"
Durante la época colonial, el medio rural estuvo dominado por la estancia cimarrona. Eran grandes latifundios de propietarios ausentistas y fueron la forma menos productiva de tenencia de la tierra. No eran establecimientos organizados para la cría y explotación del ganado, pues no se construían rancho ni corrales y no se amansaba el ganado. El dueño, que vivía en Montevideo, era a la vez comerciante, barraquero y saladerista; contrataba durante los meses de setiembre y octubre una partida de changadores, un capataz y algún indio baqueano para faenar el ganado que se hubiera amontonado en las rinconadas de su propiedad. Su único objetivo era obtener los cueros que luego vendería a España o a Inglaterra por la vía del contrabando. Tampoco tenían apuro en vender, así que esperaban el momento oportuno para hacerlo. No contribuyeron al poblamiento de la campaña ni aumentaron la riqueza ganadera.
Se practicaba una explotación extensiva: el ganado se dejaba suelto, se criaba cimarrón y había pocas cabezas por hectárea. Sólo interesaba el cuero; más tarde la carne fue utilizada por los saladeros.

acuarela de Carlos E. Pellegrini, 1830

b. La estancia habitada o "de rodeo" o "civilizadora"
También hubo quienes, desafiando los peligros de la campaña, se instalaron contribuyendo de diferentes maneras al desarrollo de la ganadería y al poblamiento del medio rural. Pero fueron los menos y generalmente ubicados al sur del río Negro.
Una estancia era considerada grande cuando tenía más de 10 mil cabezas de ganado y en ella trabajaban un capataz y 10 peones. Allí, el ganado se sujetaba a rodeo, se marcaba y luego se castraba. Se producía para el saladero y el abasto de Montevideo.
El casco de la era de gran solidez; la casa estaba hecha de ladrillo, cal y piedra, con techo de azotea. Muchas veces se le construían almenas que recuerdan las defensas de los castillos medievales. Algunas estancias tenían su propia capilla y cementerio. También había estancias medianas y las "suertes de estancia" que eran, en comparación con las demás, pequeñas.
Sus propietarios, familiares y trabajadores afrontaron los peligros que significaban los ataques de los indígenas, los perros cimarrones, los felinos, las serpientes, así como las incursiones de los portugueses. Allí, con la ayuda de peones, construyeron corrales y pequeñas viviendas, engordaron y marcaron sus ganados.
Estos establecimientos constituyeron unidades socio-económica relativamente autosuficientes, puesto que sus habitantes producían todo lo necesario para cubrir sus necesidades: carne, cueros, leche, madera, lana.
El estanciero con escasos recursos debía pagar altos impuestos, y sufría la explotación de comerciantes y barraqueros que compraban sus productos al precio que ellos querían. Por esto se vieron obligados a practicar el contrabando con los portugueses a quienes les vendían a mejor precio.
Los Jesuitas tenían importantes estancias en la jurisdicción de Montevideo y Buenos Aires, porque procuraban una salida directa de sus productos por el Río de la Plata. Además con las caleras (canteras de cal) de la estancia Belén (posteriormente “Calera de las Huérfanas”) y la estancia de la Virgen de los Desamparados (en el departamento actual de Florida) contribuían a asegurar la industria de la construcción en Buenos Aires.
Como las autoridades españolas residían en la ciudad y había escasa vigilancia en la campaña, las estancias tenían su propia defensa constituida por peones, agregados (personas, familiares o no, que vivían junto a los dueños de las estancias y eran mantenidas por éstos) y puesteros (ocupación de la campaña que consiste en cuidar los confines de las propiedades de un estanciero) dirigidos por el estanciero, transformándose en lugares de refugio para los pobladores de la zona. Esta población, de diverso origen (criollos, mestizos, guaraníes, afroamericanos, etc.) era la población estable de la campaña. Aunque compartían muchos elementos en común con los gauchos (vestimenta, alimentación, entretenimiento), su forma de vida era muy distinta, pues formaban familia, tenían o buscaban trabajo estable, etc. Esta población es la que se va a distinguir con el nombre de paisanos, diferenciándose de los gauchos, que en esa época eran quienes llevaban una vida errante, no tenían una residencia fija, no poseían trabajo fijo, no respetaban la ley, la propiedad privada, el trabajo estable.
Estas estancias, junto con las escasas pulperías y capillas, constituyeron los centros de socialización del medio rural.
La agricultura tuvo escaso desarrollo y se practicó en las chacras del Miguelete (Prado y Paso Molino). Se cultivaba fundamentalmente trigo, maíz, hortalizas y frutales.


Vocabulario
Odres: Cuero, que, cosido y pegado por todas partes menos por la correspondiente al cuello del animal, sirve para contener líquidos.   
Casco de estancia: lugar donde se encuentran la casa, los galpones y los corrales.
Agregados: personas, familiares o no, que vivían junto a los dueños de las estancias y eran mantenidas por éstos.
Puestero: ocupación de la campaña que consiste en cuidar los confines de las propiedades de un estanciero.
Calera: cantera de piedra de donde se extrae cal.

Primeras Manufacturas
Las primeras producciones manufactureras derivadas de la ganadería fueron la corambre y la salazón de carnes en los saladeros. También hubo graserías que se encargaban de la producción de sebo que se usaba para hacer velas para el alumbrado y para jabones. La salazón de carnes se realizaba en los saladeros, donde también se hacía el acopio de cueros que requerían algunas operaciones como golpearlos con ramas, para sacarles las polillas. La producción de carne salada se destinaba a abastecer a la marina española y posteriormente a alimentar a los esclavos que trabajaban en las plantaciones de Cuba y Brasil. En los saladeros se utilizaba mano de obra esclava y libre. Hacia 1792, funcionaban 13 saladeros. Francisco Antonio Maciel, instaló su saladero a orillas del arroyo Miguelete, con sus piletas y el primer molino de viento de la ciudad. También funcionó allí la primera fábrica de alfarería y elaboró, además, el primer jabón.

 acuarela de Carlos E. Pellegrini, 1830

EJERCICIO 4: Lee atentamente la descripción del saladero.
Describe paso a paso las diferentes actividades que se realizaban en él.
Intenta dibujar en forma de cuadros de historieta las escenas relatadas.

Veamos la descripción de un saladero, que realiza Horacio Giberti, historiador argentino, en su obra "Historia de la ganadería argentina”: "Los animales pasaban de un corral grande a otro chico de forma circular, el brete, en donde no caben más de diez vacunos; un peón parado en la plataforma que circunda la pared exterior del corral enlaza el animal elegido y lo alza por medio de una roldana; una vez sujeto, el desnucador lo mata de una cuchillada; cae la res sobre una vagoneta que sale del brete por compuerta especial y finaliza la matanza con gran celeridad, pues bastan pocas horas para sacrificar mil o dos mil vacunos (...). Un vagón lleva el animal muerto a la playa, lugar techado y de piso firme donde se hace el degüello y la cuereada. La carne se troza en tiras largas de unos cuantos centímetros de espesor, que previo oreado de hora y media, van a depósitos de salmuera por breve tiempo. Después que escurrió el exceso de líquido, se apilan las tiras hasta cuatro metros; entre camadas van capas de sal. Cuarenta o cincuenta días más tarde está listo el tasajo, pero en el lapso deben deshacerse y volverse a armar las pilas, luego de asoleadas unas diez veces”.

Para ampliar información de la producción de Manufacturas en la campaña oriental: los Saladeros


El Comercio en la Campaña: las Pulperías

Las pulperías eran almacenes que vendían todo tipo de productos. También eran punto de reunión y de diversión para la población rural. En ellas se jugaba a la taba, a las carreras, al truco: se escuchaba a los payadores, se hacían apuestas y se contaban historias del lugar. Los pulperos muchas veces prestaban dinero a estancieros de la zona y si éstos no pagaban, se quedaban con sus propiedades.

litografías de Hipólito Bacle, 1834 -coloreadas-
Ejercicio 5: Observa la imagen. ¡Qué actividades se realizaban en la pulpería y  qué productos se vendían?

Material elaborado en base a  textos extraídos de  "Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX" de Sara Abadie y otras. Editorial Monteverde

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